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El loco Julio una experiencia onìrica

Por Valeria Schiappapietra



El loco julio

Ver la obra es una experiencia onírica. La actuación de Horacio Merlo es grandiosa, demuestra muchas horas de ensayo y de trabajo en los distintos personajes que se pueden distinguir claramente porque para cada uno resalta un rasgo o un gesto que lo identifica, adopta distintos tonos de voz y mantiene un ritmo constante que acompaña el tiempo escénico y atrapa a los espectadores, los incita a estar pendientes, atentos. Es evidente el trabajo de un actor con mucha experiencia y hábil en su oficio, versátil, capaz de personificar a varios personajes al mismo tiempo.

El vestuario y la estética son dúctiles, refinadas y casi invisibles, habilitan esa múltiple personificación y marcan el pasaje del tiempo en la historia, los años, los cambios de lugar, como la puesta en escena, son herramientas en las que el actor se apoya para llevar adelante la narrativa de la obra, son casi invisibles, utilitarias, sutiles, pero indispensables.

Ver El loco Julio es ver la poesía, es la reivindicación del poeta, su enaltecimiento. Esto es solo ver, pero también se nota todo lo que hay detrás, la dramaturgia, la dirección, la iluminación y demás todo cuidadosamente pensado para la excelencia y para el disfrute del espectador.

  • La autora del artìculo Valeria Schippapietra, es sanducera, residente en Montevideo.

  • Es Correctora de Estilo

  • Asistiò a la funcion del lunes 19 NOV 2018 en Sala Verdi,Montevideo

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